domingo, 27 de mayo de 2012

Uno de mis fragmentos favoritos de un libro (otro más) que tengo sobre moda: 
"Todo el mundo tiene que vestirse, pero nadie tiene por qué seguir la moda. Pese a todo, la mayoría lo hacemos con el mayor de los placeres. Porque la moda es pura seducción: siempre algo nuevo, siempre algo distinto; unas veces esplendoroso, otras impactante; ayer futurista, hoy nostálgica… Pero no es veleidosa. La moda no responde a la arbitrariedad de diseñadores que trabajan al margen de la realidad. La moda es siempre expresión de su tiempo. Solo cuando apela a nuestros anhelos y fantasías quedamos a su merced.
La moda es algo más que mera ropa. No hay comparación. La diferencia esencial reside en si la silueta es correcta, si las proporciones son las adecuadas o si los contrastes de colores armonizan a primera vista. La moda puede ser tanto espejismo como arte. En cualquier caso, es signo de civilización: el hecho de vestirnos nos diferencia de los animales, animales que al principio desollábamos tanto para protegernos del frío y el agua como para intimidar al prójimo. Hoy en día, quien renuncia a las pieles demuestra superioridad. El trayecto desde la piel de oso hasta las fibras tecno ha sido largo y sinuoso."


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